La Marciana

Su origen es un misterio, pero todos sabemos que no pertenece a este mundo. Algunos aseguran que viene de Venus, pero yo aun creo que viene de Marte. De un carisma inigualable, seductora y rimbombante, es capaz de generar  un calor corporal envolvente, que te atrae a ella inconscientemente. Siempre tiene un abrazo y un beso disponible para aliviar cualquier tipo de tristeza que se pueda presentar. Acogedora como nadie más, hizo de la tierra su hogar y lo comparte con quien quiera o necesite un techo donde dormir.

Aunque ella lo niegue para pasar desapercibida (un imposible, puesto que su sola presencia atrae la mirada, incluso de quienes no quieren ver), posee una serie de súper poderes que fueron activados cuando atravesó la atmósfera en su nave espacial: Su mirada es capaz de quitar la amargura de cualquier corazón, sus besos calman la nostalgia y ahuyentan a los fantasmas del pasado. Sus manos irradian energía y son capaces de desenredar los músculos mas anudados de una espalda cansada. Su aroma atrae a las mariposas y su voz espanta al desamor. También puede ver el futuro, pero lo más importante es que su piel desnuda, al contacto con el agua del mar desintegra el pudor y desata el espíritu, en una explosión de libertad capaz de expandirse hasta trescientos metros a la redonda.

Su vida en la tierra ha sido una total aventura, y a pesar de que yo solo he sido testigo de unos pocos episodios, doy fe de que su naturaleza aguerrida es capaz de sobrellevar cualquier problema que se le presente. Cuando camina por la ciudad gris, sus colores se esparcen con rapidez, acelerando la llegada de la primavera en un arcoíris de emociones contagiosas que aun no tienen cura… y que por cierto, tampoco la necesitan. Su marcha es una eterna danza cuyo compás marca los latidos de los corazones más dañados brindándoles un nuevo ritmo, y alivio a sus heridas.

Hace algún tiempo, poco después de aterrizar en este planeta, sufrió un accidente que marcó su existencia para siempre. Los doctores hicieron todo lo posible por sanarla, y casi lo lograron… si solo no hubiesen reemplazado sus glándulas de claridad por un pequeño artefacto traído hace muchos años desde el espacio. Gracias a él ha podido sobrevivir en este planeta todo este tiempo, pero el obsoleto aparato no trabaja del todo bien: a penas comienza a funcionar, cada día por la mañana, solo se dedica a abrir procesos en la cabeza de nuestra amiga, procesos internos muy difíciles de cerrar en ausencia de sus glándulas de claridad. Pero aunque esto suene terrible, no lo es, puesto que La Marciana ha aprendido a vivir con ellos, intentando a diario encontrar respuestas a las interrogantes que se crean en tu interior, buscando una solución adecuada a cada mínimo problema, y cuando no la encuentra, dedica su tiempo a asimilarlos con alegría.

Sin duda ella es una de mis heroínas, y Dios quiera que nunca se decida a volver a su planeta, que nunca deje esta tierra tan necesitada de héroes y súper poderes como los suyos.

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