lunes, 12 de septiembre de 2011

La Dama Oscura


Su sola presencia inspira respeto, y también temor en aquellos que no conocen la dulzura de sus labios. Altiva y exuberante, se pasea por calles y poblados dejando su estela de sensualidad oculta en sus rasgos duros y penetrantes. De mirada desafiante y paso firme, su voz embruja a todo ser viviente transformando su apariencia oscura y severa en un cálido arrullo, capaz de derrotar la nostalgia, la tristeza y el dolor acumulado por los años. 

No existe ser humano capaz de doblegarla cuando la justicia está de su parte, y tampoco hay quien se atreva a intimidarla con aires de grandeza. Su sonrisa  es bálsamo para las heridas más dolorosas, y su abrazo reconfortante  es esperanza para nunca dejar de luchar. Madre por naturaleza, amiga por elección, nunca dejará solo al débil ni renegará de quienes la han ayudado a transitar por esta vida.

Su vida ha sido para nada fácil, por eso su atuendo oscuro y su perfil severo. Su camino le ha enseñado a pensarlo dos veces antes de dar el siguiente paso. Sus ojos expresivos develan sus verdades y misterios, marcan los silencios como también dan pie a las aventuras. 

Las sombras de su andar pesado ahuyentan a quienes, por ignorancia, mal interpretan su brusquedad. Pero es en ellas que se esconde su verdadera suavidad. Delicada como una flor y dulce como la fruta fresca, ella se guarda para el mundo, para entregarse a quienes la quieren sin dudarlo. Nos cobija y nos da fuerzas, nos alienta y nos enseña como ponernos de pie nuevamente luego de haber perdido mil batallas.

Sus lágrimas han lavado el color de su rostro en innumerables ocasiones, erosionando sus mejillas dulces, endureciendo las corazas de su corazón cuarteado por el dolor. Pero no hay encanto que no se pueda romper, y las palabras correctas, son capaces de romper ese embrujo que la mantiene en tinieblas, iluminando sus oscuros ropajes de invierno con el calor de la primavera, soltando sus cabellos negros que flamean al viento como banderas de guerra.

Su silueta de mujer severa la protege de los dolores, cerrando sus círculos en quienes realmente la merecen. Por eso la respetamos, la queremos y la entendemos, porque sabemos que sus oscuros colores no son más que un escudo para cuidar su luz.

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1 comentario:

  1. Baja tu escudo Dama oscura, e ilumina nuestros corazones... No te conozco y ya siento que me derrites!

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